ANTÓN ARENSKI | Trío nº 1, en Re menor, Op.32
JOHANNES BRAHMS | Cuarteto de cuerda y piano nº 3, en Do menor, Op.60
Violín | Vladimir Dmitrienco
Viola | Jerome Ireland
Violonchelo | Nonna Natsvlishvili
Piano | Tatiana Postnikova
Notas al programa
De la obra del compositor ruso Antón Arenski (1861-1906) apenas ha sobrevivido para los públicos el intenso y doliente trío que hoy se interpreta. Alumno de Rimsky-Korsakov y próximo a Balákiriev su temperamento musical fue más afín a Tchaikovsky y refractario al colorismo ruso del grupo de “los cinco”.
El trío que hoy sonará es deudor de esa estética más cosmopolita, románticamente alemana, en la estela de un Brahms. Consta de cuatro movimientos:1. Allegro moderato 2. Scherzo. Allegro molto 3. Elegia Adagio 4. Finale. Allegro non troppo. La belleza poética de la Elegía y el agitado final de la obra preludian el temperamento de los dos más ilustres discípulos de Arenski, Scriabin y Rachmaninov. De esta obra única podría decirse lo que Borges escribió al poeta menor de una antología: “Dieron a otra gloria interminable los dioses, inscripciones y monumentos, de ti solo sabemos, oscuro amigo, que oíste al ruiseñor, una tarde”.
El Cuarteto para piano n.º 3 es una obra maestra de Brahms. Escrito en dos edades, hacia 1856 y 1875, es una partitura atormentada, reflejo del trágico e imposible amor de Brahms por Clara Wieck, la mujer de Robert Schumann quien acaso lo correspondía, pero nunca quiso renunciar a Robert ni en la vida ni en la muerte. Brahms inició la composición cuando Schumann todavía estaba ingresado en el sanatorio mental donde murió. En el primer movimiento la figura musical de Clara, dos notas que se repiten, es sucedido por otro “tema de Clara” -transformado- que había escrito el propio Schumann en varias de las obras dedicadas a su mujer. Los siguientes cuatro movimientos (1. Allegro non troppo 2.Scherzo. Allegro 3. Andante 4.Finale: Allegro comodo), de gran complejidad y belleza, desarrollan esta confusión de sentimientos respecto a Clara y la debida lealtad al fiel amigo que siempre atenazó al compositor. Al referirse a esta composición Bramhs repitió en varias ocasiones, sugiriendo incluso la inclusión de su propia imagen en la portada de la partitura que habría que "imaginar a un hombre que se va a volar la cabeza como única solución", razón por la que a veces se ha hablado de él como Cuarteto Werther, personaje literario al que Brahms, al comentar esta música turbulenta, alguna vez aludió.
José María Jurado García-Posada