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Gala Inaugural Temporada 2024-2025 |
Gala Inaugural Temporada 2024-2025

12|SEP2024|21:30H

Patio de la Montería Real Alcázar de Sevilla | Acceso por Puerta del León | 21:30 horas |
21:30 h.

Abrimos la temporada con este programa que fusiona arquitectura y sonido, reuniendo el perfume del arrayán con la esencia impresionista de Albéniz,  alternado los cuadros orquestales de la Iberia con las piezas para voz, para engarzar, como en las mil y una noches de estos palacios árabes, la emoción suspendida de las obras que al imbricarse conforman una nueva suite andaluza, un nuevo jardín sonoro.

ISAAC ALBÉNIZ | Suite Iberia  (orq. E.F. Arbós)
MANUEL DE FALLA | Siete canciones populares españolas (org. E. Halffter)
GERÓNIMO GIMÉNEZ | La tempranica “La tarántula”. Romanza “Sierras de Granada”
FEDERICO MORENO TORROBA | La marchenera “Petenera”. Romanza de Valentina “Tres horas al día”
RUPERTO CHAPÍ | Las hijas de Zebedeo "Carceleras"

Soprano | Carmen Larios (Ganadora del XIX Certamen Nuevas Voces Ciudad de Sevilla de la Asociación de Amigos de la Ópera de Sevilla ASAO)
Director | Beatriz Fernández Aucejo

Gala Inaugural Temporada 2024-2025 | Notas al programa
Gala Inaugural Temporada 2024-2025
Notas al programa

Asistir a la interpretación de la “Iberia” de Albéniz y de las “Siete canciones populares” de Falla en su versión orquestal en el Patio de la Montería del Real Alcázar es como presenciar Aida en Luxor o Turandot en la Ciudad Prohibida. Hoy repetiremos con Stravinsky lo que dijera al escuchar la marcha “Soleá dame la mano” en su visita a la Semana Santa de Sevilla en 1921: “estoy escuchando lo que veo y estoy viendo lo que escucho”.

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En este mismo suelo que pisamos, donde un día estuvo el Corral de la Montería, zarabandas, fandangos y folías sonaban en las obras de Lope y Calderón; en estos patios, donde Al-Mutamid fundara una corte de músicos y poetas, donde Fernando III el Santo asentó sus reales tras la toma de la ciudad y Cristóbal Colón rezara antes de zarpar hacia las Indias, lleva latiendo más de un milenio la historia viva de España.

Y es música de España, música de Andalucía, la que hoy interpretarán la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, más real que nunca en este Real Sitio, y la soprano Carmen Larios, flamante ganadora en 2024 del concurso de Nuevas Voces Ciudad de Sevilla convocado por la Asociación Sevillana de Amigos de la ópera, dirigidas por Beatriz Fernández Aucejo, brillante maestra de la nueva dirección española.

En esta fusión de la arquitectura y sonido, en esta reunión del perfume del arrayán con la esencia impresionista de Albéniz, se han alternado los cuadros orquestales de la “Iberia” con las piezas para voz, para engarzar, como en las mil y una noches de estos palacios árabes, la emoción suspendida de las obras que al imbricarse conforman una nueva suite andaluza, un nuevo jardín sonoro.

 

Suite Iberia

 

“Deme noticias de mi morena ingrata”, así se refería Isaac Albéniz a España en su lecho de muerte en Cambó, al otro lado de los Pirineos. Contaba cuarenta y ocho años y apenas unos meses antes, en febrero de 1909, se había estrenado en París el cuarto cuaderno de su revolucionaria suite para piano “Iberia”.

Partitura cumbre del pianismo universal, la obra fascinó a Ravel (ilustre visitante de estos palacios), pero no pudo orquestarla porque los derechos habían sido cedidos a Enrique Fernández Arbós, gran amigo de Albéniz, que arregló los cinco cuadros que hoy escucharemos para el ballet “Triana”, estrenado con gran éxito por Antonia Mercé, la Argentina, en París en 1929.

Albéniz tituló como “Iberia” los doce paisajes sonoros, pero bien hubiera podido titularla “Andalucía”, pues de los doce cuadros solo “Lavapiés” hace referencia expresa a otra geografía y hasta tres piezas (“El Corpus”, “Triana” y “Eritaña”) están dedicadas a Sevilla. Escuchamos, pues, lo que vemos:

 

“Evocación”: Desde las primeras notas nos adentramos en el ensueño, melancólico y elegíaco de aquello que Juan Ramón Jiménez llamara “el sentimiento de eternidad” al evocar a Andalucía.

 

“El Corpus Christi en Sevilla”: Sobre la melodía popular de “La tarara” que invoca a la ancestral Tarasca, Albéniz construye una fuga sin fin en la que repican las campanas de la Giralda.

 

Triana: Arrebatados por una explosión de luz y de color hemos cruzado el río y caminamos entre azulejos y albahaca por las dos cavas, a la sombra de las palmeras y de remotos galeones desfondados.

 

El Puerto: “Quien no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros”, dijo Joselito, el rey de los toreros, y lo mismo cabe decir de esta música, en la que la gracia y la añoranza se reúnen, con sombras de bodega y luz de albero.

 

El Albaicín: Enigmática y misteriosa como el barrio granadino, de ritmo enérgico y sincopado, esta partitura dibuja el dédalo cubista ante el que se yerguen los palacios de la Alhambra, como se alzan hoy los palacios del Alcázar en cuya construcción intervinieron los mejores maestros alarifes del reino nazarí.

 

Siete canciones populares españolas

 

Compuestas en 1914 Falla se hace eco en esta obra de la pulsión folclórica de su tiempo. Tienen estas piezas el aire sencillo y popular de los versos de los poetas del 27, como Romero Murube, sultán del Alcázar, cuyo espíritu palpita en estos muros, amigo, cicerone y anfitrión de Falla y Lorca en Sevilla tantas veces. A diferencia de la suite “Iberia”, las canciones de Falla sí recogen melodías de distintas partes de España, desde la seguidilla murciana a la jota aragonesa y todas tienen en común, incluida la nana, la celebración y el juego amoroso. Las escucharemos en la orquestación del gran discípulo de Falla, Ernesto Halffter (1905-1989), a quien su maestro autorizó expresamente en 1939 para este cometido.

 

 

Aires y romanzas de la Zarzuela

 

Las romanzas que siguen intensifican aún más si cabe el carácter español y andaluz del programa y persisten en la temática amorosa.

 

De “La Tempranica”, de Gerónimo Giménez (1854-1923), una fantasía de amores entre gitanos y payos, escucharemos ese zapateado con aire de tarantela que es “La tarántula” y la romanza “Sierra de Granada”, que brota profunda y dolorida hasta su conclusión en la ebriedad erótica.

 

De” La Marchenera”, de Federico Moreno Torroba (1891-1982), una historia de amoríos y pronunciamientos sobre el fondo histórico de la regencia de Espartero, sonará la célebre “Petenera”, estilización melódica del palo flamenco.

 

Las “Carceleras” es la única pieza que ha resistido de la zarzuela “Las hijas del Zebedeo”, de Ruperto Chapí (1851-1909). El autor de “La Revoltosa” logra en esta romanza una inolvidable expresión de la pasión española, ideal para concluir tan intensa e ibérica velada.

 

José María Jurado García-Posada