El trombón es un instrumento de viento metal. Su sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del [aire] (flujo del aire).
Las diferentes notas se obtienen por el movimiento de un tubo móvil, denominado vara, alargando la distancia que el aire en vibración debe recorrer, produciendo de este modo sonidos que también se pueden controlar con una mayor o menor presión del aire soplado por el intérprete en la vara. Se diferencian siete posiciones distintas a lo largo de la vara. Cuanto más se alarga la columna de aire con cada posición, el sonido producido es más grave que en la anterior. Sin embargo, también existen trombones con válvulas. Al igual que casi todos los instrumentos de esta familia de viento metal, el trombón de varas es de latón (aunque actualmente muchas fábricas optan también por el cobre y los baños de plata), y consiste en un tubo cilíndrico y abierto enrollado sobre sí mismo.
Durante los periodos barroco y clásico se usaba mucho en la música religiosa, y desde el siglo XIX es imprescindible en la gran orquesta sinfónica. También se utiliza en la música de jazz, donde, además de ser un instrumento clave para la big band, interpreta pasajes solistas. En la familia del trombón hay muchas variantes con distintas tesituras y tamaños. En la orquesta se suele usar el trombón tenor y a veces el bajo.
Construcción
El instrumento se compone de las siguientes partes:
Boquilla o embocadura: pieza pequeña y hueca que se adapta al tubo del trombón para que el intérprete sople, de modo que los labios se apoyen en los bordes, vibren y produzcan el sonido primario. El trombón tiene una boquilla que determina su timbre.
Pabellón o campana: ensanchamiento final del tubo.
Vara: tiene forma de U y se mueve en siete diferentes posiciones con distinta longitud del tubo. La vara del trombón no permite grandes velocidades cuando se toca, pero es perfecto para interpretar glissandos (escala rápida entre dos notas).